Con posterioridad al 711, como todo el sur peninsular, fue ocupado por los musulmanes, que levantaron una imponente fortaleza en la cima de la sierra. Este castillo tenía gran valor estratégico por cuanto se trataba de una de las escalas en la ruta que unía Mérida con Córdoba, capital emiral y califal, siguiendo el itinerario Mérida, Alange, Hornachos, Azuaga,… Como tal es mencionada por el geógrafo musulmán Al-Idrisi.Posteriormente, la fortaleza de Hornachos se encontrará en la línea de frontera entre los reinos taifas de Badajoz y Toledo, lo que reforzaba aún más el valor estratégico y ofensivo-defensivo del enclave.
En el año 1234 la villa de Hornachos fue tomada por Don Pedro González Mengo, maestre de la Orden de Santiago, a quien el monarca Fernando III El Santo la entregó al año siguiente, de 1235, con el título de Encomienda y “con los montes, fuentes, ríos, aguas, prados, pastos, viñas, tierras cultas e incultas, árboles y todas sus pertenencias y sus términos que tenía en tiempo de los Sarracenos”.
Tras conquistar la villa, los cristianos llevaron a cabo algunas reformas en la antigua fortaleza, que se levanta sobre la crestería de la Sierra a 625m de altura. Muchos muros fueron recubiertos de mampostería.
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