Obra también de gran cuerpo. En ella llama la atención sobre todo el interior, cuyo amplio espacio de tres naves presenta como peculiaridad el acusado desplome de las cuatro robustas columnas cilíndricas que sustentaban las bóvedad vaídas de la cubierta. El retablo mayor es obra del siglo XVII, con entalladura del segedano Juan Martínez de Vargas y pinturas de Tomás Rodríguez. La talla de la Virgen de los Remedios que lo preside se resuelve con postura de forzada torsión, poco frecuente. Pieza de singular interés es la conocida a nivel local como el Santo de piedra, talla de alabastro típicamente renacentista, ejecutada por el sevillano Juan Bautista Vázquez el Viejo, representando a Juan Martínez Guijarro, sobrino del Cardenal Silíceo, el insigne eclesiástico hijo de esta villa.
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